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Administrándolo superficialmente en dosis muy pequeñas, por ejemplo pinchando simplemente la mano de su víctima con un pequeño alfiler o induciéndola, como gesto de galantería o sumisión real, a besar su famoso anillo, Lucrecia conseguía hechizar e hipnotizar a sus presas, obligándolas a su fatal voluntad porque caían presas de su hipnosis.
Con la misma fuerza persuasiva e hipnótica que el curare, este perfume sabe cautivar desde el primer momento y llevar a su portadora a lo más alto de la escala real. La fragancia se abre con una audaz y acrobática acrobacia, en la que emergen las notas amaderadas del Pachulí, apoyadas por la seducción de las flores de Jazmín e Iris Blanco, que descansan sobre los carnosos pétalos de la Magnolia, en un innovador y cautivador equilibrio artístico que reverbera en el corazón de la fragancia. A continuación, encontramos un espléndido Absoluto de Rosa envuelto en dulce Amyris de Sándalo, mientras que en la distancia resuena el contrapunto del Haba Tonka con el Vetiver ahumado y el fuerte Oud indio, suavizado este último por las Bayas de Canela.
Toda la creación se basa en una estructura opulenta y fuerte, con una riqueza de vibraciones y armonías que garantizan reverberaciones y ecos infinitos. El dulce Caramelo de azúcar cocido abraza el precioso Oud de Camboya y el Pachulí Rojo, expresando su grácil lirismo, especialmente gracias al contrapunto de la Vainilla Absoluta mezclada con el inestimable Orris. Por último, la fuerza duradera de la Madera de Cedro y el Benjuí confieren una extraordinaria e increíble durabilidad a toda la obra. El toque regio de la seducción en una gota de perfume hipnótico.
NOTAS DE CABEZA: Pachulí, Jazmín, Magnolia, Iris
NOTAS DE CORAZÓN: Absoluto de rosa, Amyris de sándalo, Haba tonka, Vetiver, Oud indio, Canela
NOTAS DE FONDO: Caramelo, Lirio, Pachulí rojo, Absoluto de vainilla, Benjuí, Cedro, Oud de Camboya
